"Me acerco despacio. La pared pone a tope a tu juego de escapes y mis manos aferran con fuerza tus muñecas, como mensajeras de una realidad. Tu respiración marca el pulso de un cuerpo que exige, que no sabe de limitaciones ni de vergüenzas; la piel se estremece, los ojos se cierran y tu boca, tímidamente, busca un beso que no llega. Sentís el frío en cada centímetro de tu espalda, mientras mis manos te roban lentamente la camisa. Tus pechos, irreverentes, me desafían llegar al más profundo de tus secretos y el calor de mi lengua recorre tu cuello, como un preludio de un mordisco que deja al descubierto mis instintos. Mis manos y tu cintura se unen, mientras mi boca recorre tu pecho. Desabrocho el uniforme y lo hago a un lado. Mis dedos te recorren lentamente, palpando la delicadeza en cada pliegue de tu sexo y entrando finalmente hasta tus más secretas fantasías. Tu vientre húmedo e insinuante me recibe; mis manos siguen con su lento y sensual movimiento, haciéndote perder el control de la situación, hasta que un grito ahogado me dice que todo está como debe ser. El cuerpo dicta el ritmo y nada más importa, nadie más existe. Te aferro a mí, te beso, te muerdo, te busco, te provoco y mi calor inunda tu cuerpo."
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